La Comunidad Rosa es una membresía de acompañamiento terapéutico en grupo. Te sostengo con encuentros en vivo, guías prácticas y un espacio íntimo para regular, entender y transformar tu historia.
Cada guía aborda un tema clave (duelo, vínculos, trauma, regulación, autoestima, deseo, límites).
Sesiones cerradas para profundizar, practicar y responder preguntas.
Apoyo semanal con notas de voz y mensajes.
Leemos juntas libros esenciales y los integramos con reflexiones y ejercicios.
Grupo exclusivo para compartir, regular y sentirte acompañada.
Cada mes leemos juntas un libro clave sobre trauma y vínculos. Lo conversamos en el Club de Lectura Rosa y lo llevamos a la práctica con ejercicios.
Una vez al mes. Si no podés asistir, quedan grabados para que los veas cuando quieras.
Sí, cuando quieras. No hay permanencia obligatoria.
No. Las guías son prácticas, claras y diseñadas para acompañarte paso a paso.
Cada semana te acompaño con notas de voz y mensajes. No es terapia 1:1, pero sí contención cercana para sostener activaciones.
Nada se pierde: las grabaciones quedan disponibles en tu panel privado.
Sí. Podés verlas online o descargarlas para trabajar a tu ritmo.
La Comunidad Rosa no reemplaza un proceso terapéutico individual, pero sí te brinda acompañamiento grupal, estructura y herramientas concretas para tu día a día.
Una vez confirmado el pago, te llega un correo automático con tus datos de ingreso al área privada.
Trauma relacional, vínculos, duelo, autoestima, regulación emocional, límites, deseo y más, por que elijas mal en el ando
Sí, para mantener la comunidad íntima y manejable.
Soy Claudia Domínguez, psicóloga especializada en trauma relacional y creadora de Huevos y Rosas.
Trabajo desde la intersección entre psicología clínica, neurociencia del trauma y acompañamiento emocional narrativo, ayudando a mujeres a sanar su historia vincular y reencontrarse con el amor propio y relacional.
He acompañado a cientos de mujeres en programas como “Tinder no es amor, es dopamina”, “Biografía Sentimental” y “Me duele estar soltera”, integrando teoría, práctica y comunidad.
Creo profundamente que la sanación no se hace en soledad: necesitamos un espacio seguro donde podamos mirarnos sin juicio, entrenar nuestro sistema nervioso y aprender a elegir vínculos desde la calma.
Por eso nació Comunidad Rosa, para que ninguna mujer tenga que recorrer este camino sola.